Definitivamente, Marité Berbel, fué quien más gente convocó en el escenario de artistas regionales.
¿Quien desde su niñez no conoce alguna de las letras que la familia Berbel no haya cantado en algún escenario? Con tramos de mucha emotividad, la presentación de la artista recorrió muchos matices donde el recuerdo de su hermano y su padre estuvo presente.
Nosotros fuimos testigo de como desde horas tempranas la gente se daba cita en la globa de artistas regionales para esperar a Marité. No importó que un corte de luz afectara el desarrollo normal del programa previsto. Tampoco afecto que hubiera barro en un sector pegado a la globa, cada espacio que permitiera apreciar la presentación de esta neuquina servía.
Con un repertorio que podría haber durado mucho más, Berbel estuvo atendiendo los pedidos que el público presente le hacía llegar. Poco pudo cantar de su nuevo material, la gente coreaba viejas canciones que en otro tiempo cantara en compañia de su padre y su hermano en diferentes escenarios.
Uno suele decir en sentido metafórico "...el público no dejaba bajar del escenario a la artista", pero fué literal. Muchos seguidores de Marité se agolparon en la escalera que permite el acceso al escenario y entre fotos, besos, abrazos, saludos y felicitaciones retuvieron a la cantante.
Marité Berbel, un lujo que logramos transmitir en la Fiesta Nacional de la Manzana
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